DETESTABLE Y FRIO ENERO

Relato con origen : Castronuevo de los Arcos

Sufrimos un desventurado año 2020 y los albores del 2021 no son mejores; parece que se hayan confabulado los hados para que vengan las situaciones mal dadas de tres en tres. En Madrid, además de la pandemia terrible que sufrimos -por desgracia, como en el resto de España- hemos de sumar una tórrida nevada que ha causado multitud de inconvenientes y que, a fecha de hoy, dos semanas más tarde, mantiene la ciudad con calles intransitables llenas de ramas de árboles que sucumbieron al peso de la nieve, a lo que se añade la noticia más reciente de una explosión en una de las calles más conocidas de la ciudad. Me pregunto ¿qué será lo próximo?

A pesar de que muchos sentimos una sensación de languidez y desamparo relacionada con el confinamiento que no permite salidas lúdicas, o las medidas para prevenir el Covid: distancia social y mascarilla que impiden casi reconocernos o reunirnos; a pesar de que el tiempo invernal tampoco acompaña para elevar el ánimo… hoy me obligaré a sembrar algo de esperanza intentando ver esa parte positiva que, también, asoma cada día acompañado nuestras rutinas.

Este mes de enero tiene la costumbre de ser muy traicionero; además de cumplir dos requisitos indeseados: suele ser el mes del año con la temperatura más baja, y se han terminado los festejos; muchos han gastado de más y escalar la famosa “cuesta” complica mucho la economía de las familias. Los días empiezan a alargarse un poco y el refranero, que es muy sabio, cumple con su labor regalándonos adagios que sorprenden por su frescura y exactitud, en muchos casos recurriendo al santoral:

- 1 de enero. Al empezar el año ya crece el día un paso de gallo.
- 6 de enero: por los Reyes, un paso de bueyes.
- 10 de enero: Por San Nicanor, el día avanza a un paso de ratón.
- 17 de enero: Por San Antón, media hora más de sol.
- 20 de enero: Por San Sebastián, un pasito galán.
- 29 de enero: Por San Valero, más día que a primeros.

La meteorología está muy presente también en estos proverbios que son una referencia para ubicar las diferentes situaciones climatológicas:

- En enero, calcetín gordo y sombrero.
- En enero, la nieve en el alero.
- Enero frío y sereno, inaugura un año bueno.
- Enero friolero entra soplándose los dedos.
- En enero no te separes del brasero.
- Enero, claro y heladero.
Lo bueno que tiene este mes que inaugura el año es que pasará a gran velocidad, como siempre transcurre el tiempo, casi sin darnos cuenta, y hemos de felicitarnos por tener la fortuna de padecerlo o disfrutarlo, sea cual sea el peculiar sentimiento de cada cual; y aún más en las circunstancias actuales, con esta pandemia que se está llevando por delante a tanta gente para la que enero puede ser una imperecedera fecha negra en el calendario.

Por tanto, tengamos paciencia, ánimo, y cuidémonos lo mejor posible para que pronto podamos salir de esta jaula indeseada que nos impide gozar de la vida cotidiana que tuvimos un día; y, sobre todo, que no nos falte la memoria para recordar de lo que nos ha privado este enemigo invisible que gana batallas a diario, pero ojalá pierda la guerra muy pronto.

Se atribuye a Napoleón la frase: “Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición” y este aforismo de plena actualidad quiero esgrimirlo para que recordemos, no la semana que viene o dentro de tres meses, sino más a largo plazo, con la mente muy abierta y el razonamiento muy claro al rememorar lo que perdimos un aciago día del año pasado, en el mes de enero o febrero que tampoco los analistas políticos ni de otra índole se ponen de acuerdo, cuando llegó a nuestro país un virus desconocido que ha puesto en jaque nuestra seguridad y vulnerado algo tan preciado y propio del ser humano como es la libertad.

Mª Soledad Martín Turiño