Poesías de la Tierra del Pan


RUTA JACOBEA PORTUGUESA IV


Bosteza de nuevo el peregrino,
alzando el cayado sin congoja,
dispuesto a seguir ya su camino
para hallar el santo que le acoja..

Mas, siendo curioso inpenitente,
quiere visitar lo de la ruta,
aunque en la parroquia, previamente,
ora unos segundos sin disputa.

Admira el muro que el Esla embrida,
el petreo cañón contraestuario
impregnado de águilas que anidan
en un roquedal de formas vario.

Mira el lago azul y su gran puente,
admira la ermita solitaria,
recostada allá sobre el rompiente,
pidiendo visitas no gregarias.

Admira la trama del tejido
que ilumina el norte de esta España
y que al Esla, flaco y sin respiro,
libera a otro embalse con desgana.

Ve el viejo molino en Ricobayo,
el pozo y sus muros de granito;
su playa fluvial, que es toda un hito,
para quienes gustan darse un baño.

Mas en Santa Eulalia ya ha pensado
y un rezo ha de hacerle en su iglesita,
contemplar sus lienzos reparados
y el jardín que alegran la visita.


Luis Pelayo Fernández