Poesías de la Tierra del Pan


PORQUE TE QUIERO, PORQUE TE QUISE


Eres la calidez tamizada por la brisa
de un espacio intemporal,
la sombra de un recuerdo perpetuo
que enturbia la vida ahora más solitaria.

Eres la falta de aire, el llanto consciente
al sentir tu falta, la serenidad de la razón
en la insensata realidad que todo lo consume.

Eres mi vida, ahora menguada,
menos alegre y con sobria madurez,
me has regalado una nueva escala de valores
pero me usurpaste el alma;
yo, que creía tenerlo todo controlado
caí rodando escaleras abajo
hasta que toqué el suelo y se me vino encima.

Malvivo como un monigote más
que se alimenta, va y viene sin tino,
perdida la dirección, como un autómata
en esta vida que nos consume cada día un poco.

A veces en la soledad de mis pensamientos
se escapa una lágrima furtiva
que evoca aquel pasado feliz tan pleno
de vida, tan carente de dolor
y entonces, cuando soy consciente
de que ya nada volverá a ser lo mismo,
me espanta la aspereza de la realidad
que duele tanto.

Dicen que hay que seguir adelante,
porque el mundo gira inexorablemente
haya amor, pena, o el tedio más cansino,
nada se detiene en la marcha sin tregua
que es la vida.

Te llevo en el alma, alimentas la esperanza
de un tiempo de reencuentro
donde volvamos a sentir el mayor goce;
entretanto te toca ser vigía
para que nos señales el camino certero
hasta la hora de abrazarnos eternamente.

Mª Soledad Martín Turiño