Poesías de la Tierra del Pan


OTOÑO EN CASTRONUEVO


Se siente el invierno, agazapado,
al acecho entre los cardos secos de la villa,
se nota el aire preludiando el frio,
la humedad que antecede a la escarcha,
las chimeneas que humean los cielos,
la gente que se emboza en ropas.

El otoño estéril de mi pueblo
no es sino estación de paso,
pocos árboles desmayan sus hojas
en esta villa de raigambre esteparia;
tal vez el paseo desde la villa al río
en otoño resulta perezoso,
aunque el Valderaduey de este mi pueblo
siga discurriendo ajeno a todo.

Se siente el invierno en Castronuevo,
huele a frío, a establo y café ardiente,
a leña quemada, a silencio y brasero.
Las plantas que ornan portaladas
se cubren de cara a las heladas
y nos niegan el placer de unas flores
que alivien la vista entre el secano.

Otoño en mi pueblo, resignado, dócil,
con sus gentes observando detrás de las ventanas
como pasa la vida, como pasa el tiempo.

Mª Soledad Martín Turiño