Poesías de la Tierra del Pan


LA VACADA


El Mayo se marcha,
el Junio ya viene;
las noches no tienen
mañanas de escarcha.
Por los Arrompidos
el sol amanece,
el campo se mece
con mil coloridos.

Un cuerno que llama,
graznan los vencejos,
se pide al concejo
reunir la vacada.
De las carreteras
de cada tenada
sale la manada
al Gejo La Era.

Dos mozas de antaño,
con negro mantón
y un lleno zurrón,
cuidan el rebaño.
Moruchas y pardas,
formando cortejo,
se alejan del Gejo
al son de campanas.

Paciendo en el prado,
con su cencerrón,
agitan el rabo
por El Gargallón.
La luz del estío
su senda azul traza,
la sombra en la zarza
guarda el pastorío.

Las vacas dormitan
al son de cigarras;
ni los perros ladran
ni nada se agita.
Reviene la brisa,
llega la merienda
y todo es contienda
del juego estornija.

Se estiran las peñas,
el día se acaba,
ya va la vacada
camino La Era.
Cencerros, mugidos,
lo forma el cortejo
que, en llegando al Gejo,
se marcha a su nido.


Luis Pelayo Fernández