Poesías de la Tierra del Pan


ESTACIÓN


Otoño que mira con ira
las hojas abatidas tras la lluvia,
ramas sueltas abonando el suelo
y troncos segados con una hoz afilada
de saña incontenible tras la tormenta.

Huele a tierra mojada
tras el baño bendito de la lluvia
que bautiza a nobles y plebeyos
en idéntico gesto; como una plegaria,
el efluvio del agua sube al cielo
y pontifica las almas rebeldes
que se fueron sin querer, dejando todo
aquí abajo a medias, por eso añoran
haber rematado los planes emprendidos:
atar disposiciones, firmar acuerdos,
sellar pactos o urgir respuestas
antes de irse con sus asuntos acabados.

Almas en pena ahora arrepentidas
porque les llegó su tiempo demasiado pronto,
sin estar dispuestas;
espíritus que vagan con sus resentimientos
tras la espalda con pesado fardo
que no las libera ni siquiera el tiempo.

Otoño que siembras un pavor extraño
avivando la sombra de la melancolía
mientras caen las hojas ahora pardas
en sinfonía de parva luz, a cámara lenta,
una vez que el ave se oculta y decae su canto
en las tímidas tardes de nostalgia,
paz interior y renuncia a la vida.


Mª Soledad Martín Turiño