Poesías de la Tierra del Pan


DESPEDIDA


Me despido de ti, de vosotros;
voy a perderme en esa nube
para que me acune la blandura de su lecho
y me eleve muy alto.
Veré desde arriba pasar el tiempo,
el día sucederá a la noche,
el invierno al el verano, el calor al frio;
gentes que suben y bajan, van y vienen
en un frenético movimiento sin cese.
Me seducirá la tan anhelada calma,
el placer de la despreocupación, el silencio
que reina en el alma por fin libre.
Me despido de la hostil vorágine,
del aire contaminado, de la ausencia de risas,
de la rivalidad, del miedo devastador,
de la nostalgia que carcome,
de la perpetua y depravada oscuridad
y me lanzaré en picado en un vuelo sin alas
lejos de la sombra hacia ti
que cobijarás mi descenso con tus brazos
tan largamente añorados;
luego ascenderemos juntos hacia el ocaso
y cruzaremos esa línea infinita
que perfila el horizonte, mar y tierra
en una fina raya que no acaba.
Mi cuerpo se tornará liviano,
mi mente amplia, serena,
sin lobregueces ni sombras,
sin pena, dolor o zozobra alguna.
Volaremos hacia la luz infinita
con ánimo sereno
mientras nos acoge la luminiscencia intensa
para formar parte de un todo excelso.
Me despido de ti, de vosotros, de mí misma
no diciendo adiós sino hasta siempre,
cuando en un rato de duradez variable
nos reencontremos ¡por fin! ya para siempre.

Mª Soledad Martín Turiño