Romancero zamorano
A la ciudad de Zamora en recuerdo de sus gestas
Estas las torres son, éstos los muros,
noble sujeto de la antigua historia:
aquí levanta la inmortal memoria
estatuas al valor en bronces duros.
Claros en fe, si en opinión oscuros,
muestra allí virtud, mas sin victoria;
y ellos en su lealtad, otro en su gloria,
del segundo morir viven seguros.
Este es el campo donde el justo cielo
por tierra echó la magestad perjura;
al desleal por manos desleales.
Todo está aquí: tu fama en todo el suelo;
mueren los reinos; lo famoso dura.
¡Oh, virtud por valor, ciegos mortales!
(Soneto por Antonio López de Veiga, año 1652)