LA FUGACIDAD DEL TIEMPO
Relato con origen : Castronuevo de los Arcos
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”; este dicho tan
conocido se atribuye al político estadounidense Benjamín Franklin, y también
aparece en la Biblia ligeramente modificado: “No dejes para mañana la ayuda
que puedas dar hoy” (Proverbios 3:28); ambos pensamientos nos instan a no
postergar algo que quizá no pueda realizarse, a vivir el presente, a gozar del
hoy, a hacer planes cortos, a no supeditar un deseo, un compromiso o una
obligación… porque parece que siempre hay tiempo, que tenemos margen de
horas, días o años, y no somos conscientes de que en cualquier momento, de
un minuto para el otro y sin previo aviso, la vida puede cambiar
drásticamente y privarnos de algo tan vital como el mañana.
A propósito de esto, una buena amiga me recuerda siempre: “el
tiempo no corre, vuela” y esa frase, que no se comprende cuando uno es
joven, adquiere un gran valor a medida que nos hacemos mayores, tal vez
porque el tiempo juega en nuestra contra; así que, pensando en ambas
máximas, se me ocurrió una idea: regalar los pensamientos que expreso a
continuación a todas aquellas personas que me importan:
- El tiempo no se detiene, juega con él, invierte en él, pero no lo
desperdicies.
- Nadie tiene derecho a robar tus horas si no es para enriquecerlas.
- El presente es hoy, no sabemos qué nos deparará el mañana; así que vive
ahora como si no hubiera un futuro.
- Cuando ames a alguien, exprésaselo sin postergarlo, hazlo cuanto antes y
aprovecharás las bondades del ser amado: no hay nada más hermoso que
mirarte en sus ojos, ni sinfonía más preciada que su risa.
- Agradece cada mañana la bendición de gozar de un nuevo día. Recuerda a
aquellos que ya no tienen esa opción e intenta ser digno de disfrutarla.
- Vive cada momento con intensidad. Contempla el cielo, el mar, la montaña,
la ciudad y la gente; obsérvalos con interés y aprenderás grandes
lecciones.
- Si tienes una deuda pendiente, sáldala cuanto antes. No seas moroso de
dineros, amores o amistades. Paga y te sentirás libre de ataduras.
- Aprende a disfrutar de las pequeñas cosas, esas que valen mucho, aunque
no cuesten dinero.
- Ama y perdona sin esperar al día siguiente. Puede ocurrir que ese día no
llegue o que sea tarde para ambas cosas.
conocido se atribuye al político estadounidense Benjamín Franklin, y también
aparece en la Biblia ligeramente modificado: “No dejes para mañana la ayuda
que puedas dar hoy” (Proverbios 3:28); ambos pensamientos nos instan a no
postergar algo que quizá no pueda realizarse, a vivir el presente, a gozar del
hoy, a hacer planes cortos, a no supeditar un deseo, un compromiso o una
obligación… porque parece que siempre hay tiempo, que tenemos margen de
horas, días o años, y no somos conscientes de que en cualquier momento, de
un minuto para el otro y sin previo aviso, la vida puede cambiar
drásticamente y privarnos de algo tan vital como el mañana.
A propósito de esto, una buena amiga me recuerda siempre: “el
tiempo no corre, vuela” y esa frase, que no se comprende cuando uno es
joven, adquiere un gran valor a medida que nos hacemos mayores, tal vez
porque el tiempo juega en nuestra contra; así que, pensando en ambas
máximas, se me ocurrió una idea: regalar los pensamientos que expreso a
continuación a todas aquellas personas que me importan:
- El tiempo no se detiene, juega con él, invierte en él, pero no lo
desperdicies.
- Nadie tiene derecho a robar tus horas si no es para enriquecerlas.
- El presente es hoy, no sabemos qué nos deparará el mañana; así que vive
ahora como si no hubiera un futuro.
- Cuando ames a alguien, exprésaselo sin postergarlo, hazlo cuanto antes y
aprovecharás las bondades del ser amado: no hay nada más hermoso que
mirarte en sus ojos, ni sinfonía más preciada que su risa.
- Agradece cada mañana la bendición de gozar de un nuevo día. Recuerda a
aquellos que ya no tienen esa opción e intenta ser digno de disfrutarla.
- Vive cada momento con intensidad. Contempla el cielo, el mar, la montaña,
la ciudad y la gente; obsérvalos con interés y aprenderás grandes
lecciones.
- Si tienes una deuda pendiente, sáldala cuanto antes. No seas moroso de
dineros, amores o amistades. Paga y te sentirás libre de ataduras.
- Aprende a disfrutar de las pequeñas cosas, esas que valen mucho, aunque
no cuesten dinero.
- Ama y perdona sin esperar al día siguiente. Puede ocurrir que ese día no
llegue o que sea tarde para ambas cosas.
Mª Soledad Martín Turiño