LA CASA SIN ALMA
Relato con origen : Castronuevo de los Arcos
Al entrar en aquella casa que llevaba tantos años sin pisar, una bocanada de recuerdos me asaltó hasta cegarme la vista. Ahí estaban los mismos muebles, el reloj de pared, el viejo jarrón con flores de plástico adornando la mesa de la sala, los cántaros de barro en la cantarera, el escaño, los sillones de mimbre, la mesa camilla junto a la ventana, el televisor, el calendario con la efigie de la Inmaculada que se había detenido en bastantes años antes, como si el tiempo no fuera con él, el palanganero de la cocina que acusaba el descuido y el paso del tiempo y cuyas patas estaban oxidadas…
Recorrí las habitaciones. Seguían en su sitio las viejas camas, el altillo con las novelas, los baúles llenos de tesoros, el armario repleto de ropas negras, la máquina de coser, los retratos de los antepasados que posaban con gesto severo, el crucifijo que presidía las camas y aparentaba ser de nácar, las colchas blancas iguales …
Subí al piso de arriba y fue como si una enorme tela de araña cubriera las cunas, los muebles de madera en desuso y mil y un objetos pequeños que descansaban allí, una vez desechados del uso cotidiano….
Y entonces, como despertando de un sueño, la tierra lo engulló todo.
Recorrí las habitaciones. Seguían en su sitio las viejas camas, el altillo con las novelas, los baúles llenos de tesoros, el armario repleto de ropas negras, la máquina de coser, los retratos de los antepasados que posaban con gesto severo, el crucifijo que presidía las camas y aparentaba ser de nácar, las colchas blancas iguales …
Subí al piso de arriba y fue como si una enorme tela de araña cubriera las cunas, los muebles de madera en desuso y mil y un objetos pequeños que descansaban allí, una vez desechados del uso cotidiano….
Y entonces, como despertando de un sueño, la tierra lo engulló todo.
Mª Soledad Martín Turiño