Poesías de la Tierra del Pan


VIVIR EN TIEMPOS DIFICILES


Llora el sol, el cielo se aflige y la tierra reposa
en este tiempo de espera, sin luz, plagado de sombras,
que no quiere renacer cada mañana y se apaga
en cuanto siente la tímida luz del día.

Muta el aire, cambia la luz, el sol se duerme
agazapado tras el fulgor de una luna
que le alimenta con delicada desesperanza
por sentir atribulada su callada turbación.

El orbe entero palidece,
cubren el aire velados tules sombríos
que se mecen al compás del viento
en bataholas de repetidos sones
y susurros monótonos de aquelarres tétricos.

Llora el cielo, huye el ave, se embravece la mar
y llega el céfiro con su arrebol de furia y viento.
Hoy es ayer en sus horas más sórdidas,
mañana será hoy en un ciclo inexacto,
el futuro no llega o tal vez ni exista
en esta pesadumbre de ardor incontrolado.

La llanura de aquella tierra seca
que los hombres hicieron fértil con su esfuerzo
está marchita, más yerma que nunca, y asemeja
a un camposanto dispuesto a recibir los cuerpos
que ahora vagan sin rumbo entre las sombras.
La tierra permanece, aunque parezca
que muere y si muere, se reinventa
con apenas el brillo de unos rayos
de sol que penetren en su dermis seca.

Soy de un lugar donde el hombre no espera
gracias, perdones, indultos o indulgencias
porque labora y vive de sus manos,
porque ama y llora sus querencias
sin una palabra que evidencie
el dolor retenido, el ansia, la pena…
porque soy de un lugar que no gusta de halagos
fútiles, ni de palabras huecas;
mis hombres solo aman, luchan y callan sus vergüenzas.

Mª Soledad Martín Turiño