Poesías de la Tierra del Pan


VIDA


Llorar de emoción, de regodeo,
reír hasta agotar las fuerzas,
caminar para caer exhaustos,
explorar atajos y veredas,
comprobar que el sol cada mañana
sale para gozar de su fulgor candente.

Vivir de prisa, estrujar el momento,
amar a todos y todo sin descanso,
descubrir la inocencia, mantener la calma,
realizar los sueños que tuviste un día,
bailar desnudo a la luz de las estrellas,
suspirar de ternura leyendo un poema,
inventar una plegaria solo tuya
que llegue a tu dios con tus querencias,

Regalar la limosna de tu risa franca
a quien vive perdido entre las sombras,
llorar con quien sufre, apretarle la mano
y fundirse con él como si fuerais uno,
mirar más a menudo al cielo,
recordar a los que faltan y añoramos,
sentir húmeda la piel tras la tormenta,
ceder el brazo a quien va ciego por la vida,
forzar el cerebro con nuevos retos,
cuidar el cuerpo con celofán y lazos
porque es el mayor regalo recibido.

Eso y más, mucho más se da en la vida,
la nuestra, la suya y la de otros,
todos somos segmentos de un todo
que compone en un puzle la existencia:
frágil, fuerte, incauta o taimada,
seria, lúdica, agresiva o serena;
no importa como cada quien juegue
con las cartas que ya se han barajado;
todos somos baraja y el juego
no se termina hasta el fin de la partida.

Mª Soledad Martín Turiño