SUEÑO
En el descanso apacible de la noche
cuando fenecen los sonidos y se acerca el silencio
con paso quedo llamando al sueño,
la mente se regenera de pensamientos oscuros
dormitando en la plácida somnolencia
que anula los sentidos y diluye la realidad
para postergarla en brazos de Morfeo.
Es un dulce sopor de cuerpo y alma,
que mulle esperanzas, destensa tensiones
y agrava el descanso que tanto se anhela;
es el instante mejor y más preciado
cuando se desvanece alma y cuerpo.
Mª Soledad Martín Turiño