SOY TIERRA

Soy fuego que reverbera en las profundidades,
lava ígnea pugnando por estallar
y asomarse a la cima de la ardiente montaña
que la custodia como un cancerbero implacable.

Soy agua que discurre por regatos, ríos, canales,
mares, océanos, charcos, manantiales y torrentes
dispensando aliento, apaciguando la sed y la esperanza,
regando labrantíos, cuna de vida, asentamiento
de pueblos en su derredor, limpieza de almas.

Soy aire que estalla con furia ventilando seres,
aspirando el último aliento,
brisa cálida, suspiro inspirado de poetas,
o fiero céfiro para violentar la tierra
y urgir las almas para protegerse
del miedo, la soledad o la desesperanza.

Soy la semilla que duerme bajo la muelle tierra
para emerger con su fruto más preciado,
la flor que engalana los campos con sus tonos
e inspira a los poetas cuando exhala su perfume;
soy el eco que retumba en la montaña,
la nube vigilante desde lo alto,
la nieve que encala los pueblos y poblados
confiriendo un aspecto pulcro y aseado.

Soy el ave que vuela, el pez que nada,
la mascota que acompaña tu día a día,
el salvaje que vaga entre montañas,
sin resguardarse por defender su vida
que la ley de la selva es la que manda.

Soy el hombre, el habitante que dispone
de todo aquello que un día prestaron sin fecha
para cuidar de una tierra por lecho,
el cielo por techo y una incomparable belleza
para goce y disfrute, como el mejor regalo
que nadie diera jamás y sin motivo.

Mª Soledad Martín Turiño