SE ME OLVIDÓ
Se me olvidó
el sonido del viento,
el cielo rojizo que precede al crepúsculo,
el aroma a vida después de la tormenta,
la sal que envuelve los cuerpos desnudos
tras el beatífico baño en el mar,
el color, los colores del cielo infinito,
el tacto aprendido del cuerpo amado
o el deleite de estar viva cada mañana.
Se me olvidó
abrir los ojos para percibir la vida
y poco a poco los entorné
abatida por un dolor sin tregua
acaso imaginario.
No quiero olvidar y, sin embargo,
hay tantas cosas que de verdad quiero….
Quiero ser ola y desembocar en tu playa,
ser nube para otear el horizonte,
escalar la montaña más alta
y sentir lo minúsculos que somos;
quiero ver gente nueva, aprender de todo,
observar cómo viven unos y otros,
volver a ser pequeña para no tener miedo
ni ataduras que corten la corriente
de vida que se escapa en cada hálito.
Quiero vivir y, sin embargo,
me agota saber que un día va tras otro,
verano, primavera, vida, muerte,
girando y girando la rueda sin descanso.
Mª Soledad Martín Turiño