PORFÍAS

Encontrar un sentido a la sinrazón,
soportar la injusticia sonriendo,
animar la apariencia sin motivo
cuando el alma sufre en silencio.

Agotar la esperanza, alimentar el tedio,
conspirar afectos nuevos,
mitigar el dolor con el placer del llanto
reinventando un motivo para seguir viviendo.

Sumar amigos que guarezcan el alma
aplacando la soledad que corroe y mina,
sacar ventaja a la sinrazón y a los excesos
para despuntar con prudencia cultivada
y no sucumbir a la desolación.

Evocar el placer insinuado de un beso,
suspirar por el lecho que yace desierto
anhelando una espera de amor que no llega
y vivir ante todos la farsa conveniente
de empalagos someros o cálidas voces,
para sobrevivir siquiera ante ojos ajenos
la unión indiferente que dos seres muestran
inspirando certezas del todo inexistentes.

¿Qué es el amor? Me preguntaste ingenuo
como un niño inocente con ojos muy tiernos,
como si en esa mirada se centrara el mundo
en una pregunta difícil y algo absurda.

¿Cómo contestar con palabras sencillas
algo tan complejo, tan bello y amargo
hilvanando la dulce verdad
del amor primero, efímero, cálido, sin fisuras
con el desamor que suele llegar siempre
plagado de dolor, infestado de heridas
y que mi explicación no lastime
esos ojos ávidos, tu mirada anhelante
que quiere oír bondades aunque no sean verdades?
Por eso te animo a esperar el futuro
intuyendo otro alma que fusione contigo
para reinventarse y reinventaros.


Mª Soledad Martín Turiño (Castronuevo de los Arcos)