POR SI ME PIERDO
Búscame en la orilla alejada de todos
recibiendo el beso del mar en cada poro,
con un libro en la mano acariciando el alma
con historias de amor y océanos de poemas;
allí estaré mañana y tarde, sin descanso,
hasta que el cuerpo se tiña de broncíneo acento
y amalgame su tono con la arena caliente.
Búscame junto a la vieja escuela,
en las secuelas de una niñez perdida
que cobija su ausencia entre calles solitarias
para calmar la sed de un aliento que agoniza.
Si un día me pierdo acudiré a tu vera,
me acercaré despacio hasta la ventana,
te tomaré de la mano y caminaremos juntas
por las sendas soñadas de la paz y el sosiego;
ya no importa si estás o no presente,
porque esta es la vida que siempre anhelamos.
Entre los juncos verdes del río
sepultaré los mil sueños olvidados
para que se bamboleen con la suave corriente
y jueguen a mecerse de una a otra orilla.
En tanto tiempo gastado divagando
pude recrear mis paraísos, viejos sueños
que ahora son mi refugio
en un existir de ida sin retorno.
Búscame a tientas con los ojos cerrados
y mi amor te acercará conmigo,
tengo tanto que contarte, tantas cosas
que el tiempo eterno será un regalo
para mirar, amar, llorar, reír y vivir por siempre
en el remanso de amor que juré un día,
consciente de que tarde más que pronto llegaría
antes que el olvido llenara a mansalva
los brazos abiertos del olvido y la nada,
del dolor y el quebranto, de la razón entera.
Mª Soledad Martín Turiño