Poesías de la Tierra del Pan
NIÑOS DEL DESIERTO
Antes de que llegue el sueño
para adormecer el cuerpo y los sentidos
suelo ver tu rostro negro
recostada en la blandura de mi lecho.
Me observas, sonríes y extiendes la mano
rogando una mísera moneda
con que proveer tu sustento miserable.
Nosotros desde la comodidad del auto
te miramos y acaso alguien sonría;
se reanuda la marcha y tú te quedas
clavado al suelo arenoso del desierto,
con la mano extendida como una plegaria
a un cielo que, como nosotros, te ha olvidado.
Niños del desierto, fauna local para turistas,
miseria, fragilidad y desamparo;
me llevé tu recuerdo y tu mirada
mientras seguías pidiendo una moneda
que te liberara.
En mis sueños te traigo conmigo
aquí, al asfalto de las oportunidades
siquiera para darte un poco
de aquello que en mi viaje te negué,
pero despierto y solo fue un sueño.
Seguirás allí con la ropa raída
y la mirada más limpia que nunca vi
resistiendo la inclemencia del tiempo,
con el cielo por techo, la arena por suelo
y el regalo que me otorgaste aquel día
en forma de inesperado remordimiento.
Con él viviré hasta que decida
aprender de tu ejemplo y conformarme
con mi vida plena, carente de necesidad,
libre y regalada que en ocasiones pesa
como una carga indescifrable mientras tú
allá, a lo lejos, carente de todo, ni te quejas.
Mª Soledad Martín Turiño