LLEGA EL OTOÑO

Llega el otoño, decrecen las horas,
cae la hoja, se marchita el árbol,
el jardín se llena de ocres,
los pájaros preparan su partida
hacia tierras más cálidas,
el corazón se enfría, la tarde es noche,
cautiva el abrazo del brasero,
un buen libro y reflexión a solas.

Llega el otoño, vuelven las mantas
a conjurar el frío, las prendas gruesas,
atrancamos las ventanas, se vive hacia dentro,
venerando el sol exiguo de la mañana
que solo aflora en tímidos rayos.

Llega el otoño en el último tramo de la vida
apostando por ilusiones nuevas
para aplacar esa venida indeseada
y mantener a salvo las quimeras
por las que a veces vivimos.

Aroma de castañas que perfuma la ciudad
transitada aprisa, huyendo del relente,
barullo de gentes que revolotean
de un lugar a otro, sin descanso alguno;
añoranza de antaño acaso con más frío
en el cuerpo activo que se preparaba
para arduos menesteres no siempre sencillos
como vivir despacio, disfrutando el tiempo
de un lugar humilde pero tan hermoso
que languidecía como este otro otoño.


Mª Soledad Martín Turiño