INCONSCIENCIA
Yaces inmóvil, exánime, pasivo
en el túmulo de un mal que te devora,
prematuramente descansas o te ausentas
¡quién sabe en qué pensamientos abocado!,
y sucumbes al placer de la anestesia
inconsciente de vida y de problemas.
Ignoro si seguirás soñando
o tal vez despiertes a este mundo
para batallar de nuevo en cada instante;
solo sé que veo tu figura estática
y se me parte el alma por no ver
de nuevo tu sonrisa repiqueteante.
Mª Soledad Martín Turiño