Poesías de la Tierra del Pan
GUERRA A LA GUERRA
Ruptura sin acuerdo, dolor y gloria,
hambre sin pan, vida sin sueños,
sol sin penumbra, azul del cielo
que se diluye en mil tonos como un señuelo
de algo marchito que se derrite
a la sombra calurosa de un mundo muerto.
Hoy los pájaros no pueblan los cielos,
el aire es fétido, tremenda la espera
cuando la paz se quiebra creando un caos
naciente que amenaza con acampar
mientras la llama del amor nos quema.
Surgen los violentos, muere la esperanza,
se mezclan los bandos, despliegan fusiles,
vuelan proyectiles que matan sin tino,
y en una debacle de caos sin medida
llega una paloma portando alegría.
Miramos al cielo alabando su danza,
todos se detienen, se admiran las masas
porque un ave sencilla indica el camino,
se miran, sonríen con pena en el alma
y, sin una palabra, se estrechan las manos
en un acto simple de unión entre hermanos.
Tiran los fusiles que impactan con furia,
marchan muy despacio sin rumbo concreto,
hombres que son sombras, agónicos, ahítos
de llagas, dolores, penas y violencias.
Se juntan con otros y caminan robóticos
pisando los cuerpos, enfangados de sangre,
muerta la esperanza, sintiéndose cobardes;
avanzan despacio, huyen de la guerra,
vuelven a sus casas, con las alas rotas
y siguen al ave hacia un nuevo rumbo.
Acaso un día recuperen sus vidas
pero son ya otros curtidos y mansos,
libres de la guerra, prófugos, fugados,
desertores, ignotos y a la vez hermanos.
Mª Soledad Martín Turiño