EL VISITADOR DE CIUDADES
… cuando pretendas conocer una nueva ciudad, viajero,
ah, no acudas directamente a su corazón y haz un alto
en sus pies y en su pubis, en su cintura y brazos, en sus hombros;
llega a ellos y tócalos, escúchalos y ponte a toser o a escupir
si te sientes morir, pero comparte lo que la ciudad da y la ciudad es;
… y no, no es preciso que denigres al tiempo, o que llores
o reniegues del hombre, no, como tampoco lo sería abrir de cuajo el mundo
para despojar de su canto al mar;
… sólo vive y sabe, viajero, sólo;
luego ve y adéntrate, asciende en ti, huele una rosa y llévala contigo;
comprenderás así por qué es tan frágil y por qué su aroma muere
sin alcanzar la hez de donde tú ya vienes;
… viajero, si vuelves, procura entrar despacio en la ciudad, despacio, muy despacio;
jubilosos, tus nuevos amigos te estaremos esperando.
Orion de Panthoseas