CUANDO REGRESES
Cuando regreses
habrán mudado las hojas de los árboles,
los niños serán adolescentes
y los viejos cada vez más viejos.
Sentirás tu ciudad extraña e indiferente,
y cabalgarás un tiempo entre dos mundos:
aquél que abandonas y éste al que retornas.
Sé de tus miedos no confesados, del recelo
inherente a un retorno, de la aprensión,
el dilema, la incertidumbre, el titubeo…
la duda ante una decisión vital y grave.
Vuelves a casa, no temas, a tu vida
de antes de convertirte en hombre libre;
quienes te amamos seguimos en la brecha
con la ilusión de que el redil se abre
y se cierran los miedos de una larga ausencia.
Cuando regreses
sentirás el perfume de otras rosas también bellas
y su aroma paliará el recuerdo de tardes felices
que han de repetirse aquí y ahora.
El pueblo te acogerá bajo sus amplias alas
cobijando tus miedos y renacerás con ansia
de recorrer sus calles y refrescarte en sus fuentes.
No temas aunque vuelvas cambiado
el cielo es el mismo e iguales las nubes,
el aire más puro, la seguridad cierta,
los viejos amigos esperan tu presencia
para reanudar vidas nuevos y viejos temas.
Cuando regreses
nos darás la vida que perdimos en este largo tiempo,
seremos tu mecenas, guiando tus pasos,
abriendo caminos, segando rastrojos
conviviendo unidos bajo un gran paraguas
de amor incondicional, de entrega absoluta.
Cundo regreses
no temas porque ahí estaremos para recibirte
y allanarte el camino… si acaso nos dejas.
Mª Soledad Martín Turiño