Poesías de la Tierra del Pan


CUANDO (II)


Cuando lleguen las lluvias
batiendo con rabia los árboles
que pugnan por no desprenderse de la tierra
y se arrebolan luchando con sus ramas al viento,
entonces habrá pasado la hora,
se habrá dicho casi todo a todos
y nada causará ya la menor sorpresa.

Cuando las canas empiecen a teñir las sienes,
disminuya la actividad mental, se agríe el carácter
y rompan a temblar las manos antes firmes,
mientras la clarividencia no recuerda
los días amables en que nacían las rosas,
todo estará definitivamente acabado.

Pero antes, ahora, previamente a perecer
en la sórdida decrepitud que trae la vida,
hemos de amarnos con locura, sentirnos satisfechos
del regalo de nacer cada mañana,
llorar de rabia y secarse las lágrimas
para continuar levantándonos sin miedo,
reír y vivir a pierna suelta, ser sinceros
con nuestra propia vida, desechar lo tóxico
que nos carcome hasta la raíz misma,
tener tal vez un par de buenos amigos,
no perder la memoria de aquellos que amamos,
empuñar la bandera de la esperanza,
gritar a pleno pulmón en medio de la gente,
ser osados, vivir, quemar los días
y en un arranque de locura pensar en un futuro
que ha de llegar raudo y nos pillará siempre por sorpresa.


Mª Soledad Martín Turiño