Poesías de la Tierra del Pan
CONSEJOS Y REPRIMENDAS
En tu equipaje de mano no olvides dejar un hueco
para guardar las estrellas, el sol, las nubes y el cielo,
no vayas a ir tan lejos que te encuentres sin todo ello.
Recuerda un trozo de ensueño, una flor, un sentimiento,
gafas que oculten tus ojos cuando el mundo no sea bello,
un montón de buenos libros y papel que refleje tus sueños.
Si tu destino es remoto cuídate de los viajeros
que caminan a tu lado y atiende tus pertenencias,
¡quién sabe si el guante blanco y las tratadas maneras
oculten seres ingratos con coraza de excelencia!
Sé cauto, buena persona, ayuda a tus semejantes
y no oigas a lo lejos dulces cantos de sirena
que te aclaman con sonidos embaucadores y bellos
para abocarte al abismo sin remedio o componenda.
Camina despreocupado, siempre libre de ataduras,
sereno en tu ensimismamiento prolongado,
con la cabeza maquinando nuevos temas,
las palabras configurando voces y oraciones,
versos, ensayos, relatos o poemas.
Marcha ajeno a la irreal vida de fuera
que tu interior es más rico y más sabio,
pero no olvides mirar por donde pasas,
ni dejes aparte el mar, el jardín, la gente,
las risotadas, el dolor, la alegría o el ruido
porque tú y ellos conformáis la vida
y el uno sin los otros pierden todo su sentido.
Tu viaje es solo tuyo y a ti todo se encomienda,
serás criticado siempre:
si lo haces bien dirán otros
que te faltaba prudencia,
si fracasas podrán tacharte
de demasiado orgullo y escasa benevolencia;
todos se creen con derecho de juzgar a costa tuya,
pero el responsable y dueño de los actos de tu vida
es solo la imagen del alma reflejada en el espejo
cuando abres los ojos y te miras cada día.
Mª Soledad Martín Turiño