Poesías de la Tierra del Pan
CONSEJOS
Cuando el aire se torne espeso
y olvidemos los dulces cantos de sirena
que nos envolvían con suaves hechizos
hasta creernos importantes…
cuando el sol sea tan cegador que nos arranque
la pupila con su imagen
y sintamos dolor de tanta luminaria…
cuando el sonido de los árboles agitando sus ramas
no nos proporcione sino una molestia innecesaria...
entonces habremos de pedir auxilio
y recuperar las voces de los niños,
los sonidos gratos que eran música,
la dulzura de vivir el ocaso a solas
mientras una lágrima resbalaba apaciblemente,
o los amigos que creímos perdidos
y estaban ahí al lado pendientes de nosotros.
Que la negrura de un momento no oscurezca la vida,
que el dolor transitorio no empañe
ni un segundo de esta existencia regalada
para disfrute de cada uno a su antojo.
Es tan corto el pasar por este mundo
que no merece la pena ni un desvelo,
y sin embargo la obstinación pertinaz
nos conduce a tales afanes
que nos atan sin tregua a mil tareas
superfluas para justificar la vida.
Que los días sean horas de provecho
estrujados o paridos sin desgana,
que amemos más, suframos menos,
lloremos acaso y saboreemos
el efecto de este brebaje misterioso.
Que sintamos el aire fresco cuando roza el rostro
y acaricia con tibieza el alma triste,
que seamos aliados del desánimo
para vencer en lid notable
la batalla extraña que llamamos vida.
Mª Soledad Martín Turiño