BUSCÁNDOTE

Me pregunto si estás tras esa nube
que amenaza en lo alto,
o tal vez te ocultes hacia aquellos páramos
entre la soledad y el silencio,
junto a la lejana sombra que todo divisa.
Puede que estés más cerca aún,
en cada árbol que se mece
acompasado por el viento
y se deja seducir con susurros
vanos e incluso empalagosos.
Me pregunto si vas o estás de vuelta,
si eres carne o ya no,
si estás muy lejos o no existes,
o acaso estés un poco adormecida
y vagues buscando tu descanso.
Me desespera y abruma tu ausencia;
no tengo, sin ti, ninguna excusa
para seguir o luchar.
Eres mi amor, mi colchón mullido,
la solución que ansiaba a mis problemas
y ahora, de pronto, se quebraron todos.
Partiste bruscamente, nos dejaste solos,
te añoro más que nunca, como a nadie
porque tú has forjado mi existencia
y ahora, en la noche de todos mis días,
huérfana de amor y desengaño
vago sin saber por qué ni cuando
o hacia donde he de virar la nave
hasta atracar en tu puerto de descanso.


Mª Soledad Martín Turiño