CASI TODOS LOS “QUE”    (Castronuevo de los Arcos)

Ahora que ha pasado por delante más de media vida y algunas cosas he aprendido, me atrevo –más por amor que por presunción- a daros algunas pautas de supervivencia con el fin de que os ayuden en vuestra travesía por este mundo, sobre todo cuando las fuerzas desfallezcan, cuando la ruta se bifurque tanto que dudéis el camino a tomar o cuando la vida aparezca ante vosotros en gris oscuro casi negro. Algunas podrían ser éstas:

• Que tus lágrimas sean de felicidad
• que sientas el amor en todos tus poros,
• que la lluvia moje tu cuerpo y bañe tus sentidos,
• que ames cada vez como si fuera la primera,
• que tengas los ojos, los oídos y el corazón abiertos al mundo para aprovechar la belleza y aprender con cada persona que lo puebla,
• que la gente no te decepcione,
• que sientas que el esfuerzo ha merecido la pena,
• que no sufras innecesariamente,
• que el llanto feliz te bendiga y honre a los tuyos,
• que puedas dar el último abrazo a la persona amada sin remordimientos,
• que vivas cada día con la ilusión del primero y lo aproveches como si fuera el ultimo,
• que trates a los demás como desees que te traten,
• que guardes la amistad como el más preciado de los tesoros,
• que imprimas tus propias huellas en el camino,
• que no abrigues odio ni animadversión hacia nadie;
• que te resbalen los desplantes y los improperios,
• que tus labios sonrían y tus ojos brillen,
• que seas compasivo con los desventurados y firme con los prepotentes,
• que luches cada día por una meta,
• que goces con el ocio, sin malgastar el tiempo,
• que aprendas de tus mayores y veneres su recuerdo,
• que hagas una aportación a la vida,
• que no te abata el cansancio ni te flaqueen las fuerzas,
• que llores sin recato cuando tengas el alma dolorida,
• que estudies, aprendas, investigues y averigües,
• que los recuerdos del pasado modulen tu porvenir,
• que cada día te vistas con colores brillantes para iluminar el mundo,
• que transmitas tus conocimientos a tus descendientes.
• que compartas tu vida solo con quien lo merezca,
• que no cobijes rencores eternos,
• que no seas crítica con aquellos que te criaron y cometieron errores involuntarios,
• que, sobre todo, luches por ser feliz.

Mª Soledad Martín Turiño