TAN LEJOS

Tan lejos como el horizonte eterno,
como la luz inextinguible, como el mar
infinito siempre,
como el abismo de los océanos,
la altura del cielo o la profundidad del alma.

Estás lejos, en un confort extraño,
en una placidez indeseada,
con la rutina de quien ya no piensa
y la nostalgia del que siente demasiado.
Transcurre el tiempo maquinalmente
añorando un regreso acaso incierto,
y mientras tanto sigue girando la ruleta
un día, y otro y otro.

Estás lejos, pero nos conforta un juego
que es mentirnos para impedir el llanto;
así consolamos el silencio, la ausencia o el vacío
negando la evidencia de la gran distancia
y la realidad de tanto tiempo perdido.

Tal vez regreses un día, pero estarás cansado
de dar tumbos en la aventura andina
en que te embarcaste una vez
por mor de la aventura y el reto personal;
volverás sin tener ninguna patria,
con el petate pleno de experiencias
y la mente teniendo que adaptarse.

Aquí te sobran los afectos
para abrazar el desconcierto que se instale
en tu corazón;
y aquí, por fin, te sobrarán abrazos
que completen con ternura tu estupefacción.


Mª SOLEDAD MARTÍN TURIÑO