MIMETISMO FRATERNAL

Lloras a menudo, tus ojos son dos bolsas
de agua enfurecidas que manan incontinentes
desde el mar insondable de la pena.
Recuerda que a esta hora, no muy lejos
se abrirán los capullos a la vida,
germinarán las rosas que aletargó el céfiro,
batirán sus alas nuevas savias multicolor
y el campo, en este día, lucirá precioso.
Allá, en mi tierra castellana,
despertarán sus gentes, se abrirán las casas,
los pocos niños que quedan correrán sin prisa
por entre las calles cada vez menos vacías
y acaso un perro despierte con su aullido
alguna mente dormitando perennemente al sol.

Lloras a menudo, tus lágrimas resbalan
cuerpo abajo como fontanas límpidas
y te empapas de dolor mientras escampa
el arrebato para dar lugar a un poco de paz.
Recuerda que a esta hora, no muy lejos
brillará la luz hasta dejarles ciegos,
el sol será más turquesa que el fosfato,
mimetizando el destello en los ojos de mis paisanos.

¡Cómo añoro tu brisa, el teso, el río
deslizándose al desgaire puente abajo!
Esperadme, que llegaré pronto,
ahora toca anhelar sin tregua
hasta la última brizna que deambule sola;
he de quedarme para abrigar su pena,
necesita de mi amor y yo su abrazo.


Mª Soledad Martín Turiño