LAS ERAS

Desde la cimera
Portillos del Lobo
del Royolaseras
se divisa todo.
También Maribáñez,
también El Juncal
y la loma oculta
Pozomanantial.
El mar del embalse
muy tranquilo está;
la marra del Cueto
se ve resaltar.
Los cuatro tejares
en hilera están;
los cuatro tejeros
a la teja van.
Salen las palomas
de su palomar,
su vuelo no alcanza
al verde zarzal.
Las parvas redondas
se ven dibujar
por yuntas de bueyes
de lento avanzar.
Montones de haces
de espigas y cañas
semejan ser sierras
de blancas montañas.
Detrás de los bueyes,
sentada en el trillo,
canta la zagala
su dulce estribillo.
Rodera adelante
se ve un torbellino;
el viento levanta
al cielo un camino.
Mecíendose un asno,
en el polvo fino,
un perro le ladra
en tono cansino.
Del fondo, en silencio,
resalta el estío;
los cantos de alondra
nos tienen en vilo,
porque la cimera
Portillos del Lobo
del Royolaseras
lo divisa todo.


Luis Pelayo Fernández