LA PEÑA DEL TIO GACHELE

Sobre la Calle la Era,
sobre un lado, deformada,
como si fuera un escaño,
cual si fuera una muralla,
la Peña del Tío Gachele,
por granito compactada,
la utilizaba la gente
de descanso y atalaya.

Desde allí cuando el turbión
los arroyuelos mudara,
las gentes sobrecogidas
miraron Piedrafincada,
llena de fangos de arcilla
que alcantarillas tapara
y las bolas de granito
que en Cercavantón mudaran.

En las noches de verano,
tras la cena trasnochada,
las gentes cuentan estrellas
y el cuentacuentos se hilaba.
"Aquella estrella es El Carro",
- dice la abuela Atilana -
El cabrerillo responde:
"por allí el Lucero El Alba",
y otro dice que la loba
se llegó hasta la cabaña
y que el pastor le hizo frente
dándole con la cayada.

Mas la Peña El Tío Gachele
ya no ejerce de atalaya
ni sirve de cuentacuentos
porque fue dinamitada.
Hoy descansa en una casa
con las paredes labradas,
Y con sus piedras el viento
cuenta las noches habladas.


Teresa FERNÁNDEZ MARTÍN