AYER Y HOY CONFORMARÁN MAÑANA

No caminaré entre sombras extrañas
para que me atormenten con su presencia
y jueguen con la imaginación variando sus maneras;
ni gritaré en la montaña por escuchar el eco
lejano de mi voz que va, viene, y regresa,
ni lloraré para aumentar el caudal de ríos y mares…
más bien he de vivir, vivir a tope, reír por todo,
andar sin chanclas, vagar sin tino,
llorar por nada pero solo de felicidad,
tomar la mano de aquel que amo
y andar conmigo hasta el infinito
como prueba de dos amores ya fundidos
en una esencia, que caminan juntos.

Tal vez vigile entre la espesura
por si un intruso ronda escondido
y sale al paso de mis cavilaciones,
porque un día mi alma estuvo expectante,
plena, temerosa, ilusionada, atenta,
colmada, aprensiva, con ansia de luz
en un horizonte oscuro,
con fe en un futuro que se haría presente,
con la emoción de abrazar a quien se fue muy lejos
y luego retornó nuevo de sensaciones.

Tuve el alma herida, rota, recosida, parcheada,
me cubrí de un halo de desesperanza
como una coraza contra la vida,
para sobrevivir y no seguir sintiendo.

Pero hoy dejaré de lado la libreta muda
que en mis andanzas me ha acompañado
para retener ideas, guardar pensamientos,
escribir historias o tejer poemas
y mi mente será libre, abierta y vacía
a prácticas nuevas de disfrute reciente.

El dolor escaso, la libertad plena,
compañía la justa, amor a raudales,
espantos los menos, felicidad toda,
libertad sin miedos para y por bandera,
así el tiempo idílico será como espero.

Mª Soledad Martín Turiño