Poesías de la Tierra del Pan


ME PUEDE


Me puede el tedio y la indiferencia
de quienes viven escasos de ilusiones,
de aquellos que gimen por blanduras tontas
ciegos del chisporroteo gozoso de la vida,
y nublan la mente de consignas vanas,
siempre resentidos con supercherías.

Me puede la pena de los niños pobres
que abren sus ojos limpios a las mentes
ante aquellos otros que salvan su tiempo
en vida placentera de vanidades e inmodestias.

Me puede el sentido cuando me dominan
en abismos de angustia, algaradas de euforia
y consecuentes pozos de melancolía,
o el alma doliente cuando se lamenta
y crujen los sentidos, paraliza el cuerpo
hasta que chirría la arrogancia fiera
que aflige lo más hondo de la vida entera.

Me pueden aquellos que, sin previo aviso,
aliñando arrogancia con pedantería,
pretenden salvarnos de gigantes locos,
de magnos molinos que ven solo ellos,
y cabalgan sus sueños con eterna indolencia
matando esperanzas de los que están cuerdos.

Me puede el dolor, el llanto me puede,
el sufrimiento, la angustia, la zozobra
o la queja de los que se duelen;
porque son hermanos, porque están conmigo
en este mundo extraño que nos torna solos,
y nos hace uno y hasta nos envuelve.

Me puede el silencio y hasta el hablar me puede
en este mundo loco que no sé cómo habito,
lavándolo con llanto, llevándolo con método,
continuando la rueda de la que tiran otros
sin pararme a sentir los gozos o las sombras
intrínsecas del tiempo a mi pesar amigo.


Mª Soledad Martín Turiño