Poesías de la Tierra del Pan


LA IGLESIA DE DON JOSÉ FERNÁNDEZ GÓMEZ


En San Pedro de la Nave
nacieron muchos ancestros,
de la cuña de mi estirpe
y que siguen siendo nuestros.

El último sacerdote
se llamó Fernández Gómez,
cuando San Pedro estaba
en el fondo de los montes.

Mas vino Sánchez abuelo,
e hizo un muro entre los montes
y a San Pedro lo inundaron,
llevándose los cascotes.

Reconstruyeron la iglesia,
bien es cierto -que así conste-,
más destruyeron el alma
de mis ancestros de entonces.

La penumbra ha iluminado
el recuerdo de esos montes
¡y hoy vino el Sánchez nieto
a darnos luz por la noche!

Noche del alma que tiembla
ante la luz del derroche.
¡con velas siempre vivimos
sin tantas filas de coches!

¡Cuánto diputado viene!
¡Cuánto gerifalte calvo!
¡Cuánto pelota desnudo
de conocimientos albo!

Bienvenida la Luz, San Pedro;
mas, después de tantos años,
¡más nos sirvieron las velas
que los olvidos de antaño!

Descansa, Julián, tranquilo,
con tu Basilisa al lado,
¡porque el Pueblo de El Capillo
siempre te tendrá abrigado!

Nos sobran olvidos luengos,
Pues, pa´tenerte alumbrado,
¡nos sobran los nuestros ojos
de los olvidos de antaño!


Estulano (Muelas del Pan, 1944) (El Campillo 4 de Marzo de 2015)