EXCÁLIBUR  2014-11-06

Este era el nombre del perro sacrificado por temor a que estuviere contagiado de ébola, esa maligna enfermedad procedente de la región del río Ébola en el África subtropical. La verdad es que sentimos que al pobre perro ni siquiera le hicieron las pruebas preliminares. Lo mataron así porque así, como a un elemento sospechoso de ser de se un asesino. ¡Pobre perro! Excálibur no tenía la fama del rey de la espada, del rey Arturo, pero era un perro conocido hasta en VILLASECO del PAN, pues fue allí, y no en otro lugar donde lo rescataron perdido entre los Arribes del Duero por un vecino de la localidad que se dedicaba a andar por el campo cuidando sus ganados. Un buen día vino un señor de ZAMORA y le gustó el perro. El campesino se lo regaló y vino a parar a las manos de la enfermera del hospital Carlos III de Madrid, (gallega), que contrajo la terrible enfermedad, hoy afortunadamente curada y dada de alta. A su perro no lo pudieron dar de alta porque lo mataron sin haber hecho nada. Fue un crimen como oros muchos crímenes que se comenten y que no tendrán castigo. Solamente las personas de buen corazón se acordarán del buenazo y lindo perro Excálibur. A mi no se me olvidará.

Este ha sido el comentario de hoy y que es lo mínimo que podemos haber hecho en recuerdo de una víctima inocente de la sinrazón humana.

Hablando de animales nos viene a la memoria la cantidad de maldades que están sucediendo en Peque, localidad de la Carballeda en la provincia de Zamora. Hay allí un ganadero llamado Rafael lobato que posee una granja de unas 800 ovejas. Tanto desde el ayuntamiento, como desde la Junta de Castilla y León como desde diversos juzgados, le están haciendo la vida imposible y quieren destruir su granja con el mis espíritu de la sinrazón de los que mataron a Excálibur.

Le exigen que saquen las reses muertas al camino real, si no lo hace le multan. Al mismo tiempo le obstaculizan la salida por el camino de servidumbre pues lo aran con tractor para que no entre el camión y no lo pueda utilizar, es decir, lo ahogan. Tan ahogado está que le ha entrado una enfermedad depresiva y ha decido que las ovejas las cuide la Junta de Castilla y León en esas condiciones de no poder ejercer libremente su profesión de ganadero. Ya han muerto otras diez ovejas por causa de la desidia de las autoridades responsables de la Junta, pues no le permiten evacuar los residuos ni el ganado muerto y, encima, lo castigan por no sacarlo. ¡Cosas verdes! Eso sí, los inspectores de la Junta entran y salen a su antojo atravesando los mismos caminos de servidumbre que le prohíben usar a Rafael Lobato.

Queremos resaltar que SÍ hay gente solidaria. Algunos ganaderos de la comarca de Sayago se han ofrecido voluntarios para cuidar, en sus establos correspondientes, el ganado de Rafael, hasta que éste se restablezca y coja el alta y pueda continuar con su labor de ganadero. De momento desconocemos si se ha materializado esta solidaridad, pues existe el problema de transportar el ganado desde La Carballeda a Sayago. Los inspectores de sanidad siguen atosigando a Lobato y amenazándolo por no cumplir las leyes sanitarias que estando de baja no puede cumplir y que por esa razón cedió la tutela del ganado a la Junta de Castilla y León. Dejó su ganado libre por los campos para que se alimentasen y le han obligado de nuevo a recluirlo en los establos a sabiendas de que no tiene ni piensos, ni paja para cambiar las camas ni fuerzas para hacerlo por la enfermedad que padece reconocida por el médico. Le han amenazado con sacrificar sus ovejas para que éstas no “sufran”. Por esa regla de tres podríamos matar a todos los hambrientos del mundo y de esta manera acabar con el hambre. ¡Bonita solución! Bueno, hasta aquí el comentario.

En otro orden de cosas nos enteramos por las informaciones de La Opinión/El Correo de Zamora que la carretera de Porto de Sanabria y las localidades que recorre desde la general de Galicia no puede ser reparada por falta de fondos de la Diputación provincial. Volvemos a lo de los hambrientos, para acabar con los problemas de acceso a Porto se puede optar por eliminar el pueblo y así se acaba el problema de la carretera. Esta parece ser la opinión de los gerifaltes provinciales y regionales ante la necesidad de dar soluciones de índole racional. Las gentes de Porto ya pidieron en su día, hace muchos años, el acceso racional desde Sotillo de Sanabria, pero como la nueva carretera atraviesa lugares del parque del Lago de Sanabria no se puede hacer y es necesario que los lugareños se ahoguen en el aislamiento. Si este mismo criterio se aplicase en Suiza ese país no existiría. Sin embargo todas las aldeas y granjas de la Confederación Helvética están bien comunicadas y todo el territorio, que es un verdadero parque, está bien cuidado. En el Parque del Lago ya se han sacado neumáticos del interior del lago. ¿Qué autoridad tienen quienes se responsabilizan de cuidar el Parque y el Lago e impiden el desarrollo de la zona con falsos criterios?

Bueno hoy casi todo el espacio disponible se nos ha ido en comentarios y opiniones, pero hay otras noticias, casi todas ellas tomadas de la LOZ en diferentes días y que no son negativas. Una de ellas es que parece que ¡por fin! el problema de la carretera de Moveros a Constantim será solucionado en breve. El problema es que se construyen tramos transfronterizos entre España y Portugal, pero lo hacen a través de las calles de los pueblos y resulta que los vehículos no los pueden transitar, los estraperlistas de antaño, sin carretera, pasaban por el monte. Ahora con carretera los vehículos no pueden pasar porque no caben por las calles de Moveros, nos referimos a autobuses y camiones, pues vehículos ligeros y bicicletas si caben. Bien el caso es que la Exma. Diputación de Zamora se ha decidido a construir un nuevo puente sobre el regato de moveros de tal forma que sea accesible, también, para vehículos pesados y, finalmente habrá una comunicación transfronteriza que ahora sólo lo para personas y autocarros de pequeñas dimensiones. Nunca es tarde si la dicha es buena.

La población española está harta de robos y rapiñas, especialmente los agricultores en la comunidad autónoma de Castilla y León donde no pasa un solo día en que la prensa no informe de robos en granjas e instalaciones. Estos días le ha tocado el turno a la maquinaria que trabaja en las obras de la autovía de ROALES del PAN-Benavente y la maquinaria que trabaja en la construcción del AVE Olmedo –Galicia. Según informa la prensa local estos días del fin de semana de Todos los Santos los cacos han aprovechado para llevarse cientos de litros o miles de gasoil de la maquinaria a que nos hemos referido, especialmente en el tramo entre MONTAMARTA y FONTANILLAS de CASTRO. No comprendemos como teniendo cuerpos de seguridad pasas estas cosas. Más nos indigna cuando al “pequeño Nicolás” se le asignaba vehículo y escolta cuando quienes pagan los impuestos somos nosotros. Aquí tiene que haber responsables porque esto se llama dejación de funciones.

En ZAMORA tuvo lugar el clásico mercadillo del trueque en la Avenidas de los Reyes Católicos y estuvo muy animado. Allí se podían comprar desde tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín hasta relojes de bolsillo del tiempo de Maricastaña y libros y otras cosas que hacen las delicias de coleccionistas de objetos raros. Es, en pequeño, como el Mercado de las Pulgas en Lyón, o los Encantes de Barcelona. Deseamos que vaya a más.

Las nieves ya nos han visitado y las cumbre de las montañas de Sanabria se han vestidos de enaguas blancas. Por el resto de la provincia y la comunidad ha habido abundantes chaparrones y las temperaturas han descendido considerablemente. Parece que el “veroño” ya ha pasado y que el otoño se encara hacia el invierno. Ya en algunas ciudades se empiezan a colocar las luces de navidad y el gordo de la lotería de navideño ya se ofrece en cada esquina y en todos los establecimientos. Huele a turrón.

Y hasta aquí hemos llegado por hoy. De aquí a unos días volveremos a recoger más noticias para que todos vosotros las disfrutéis y, especialmente, los zamoranos de la diáspora. Hasta entonces ¡un saludo!


Autor : Ährenfeldspfleger