RUTA JACOBEA PORTUGUESA III
El sol se levanta por la estepa castellana;
las nieblas ya lamen los jarales, las encinas;
al fondo el embalse, los vecinos y vecinas
se alzan de sus lechos al sonar de las campanas.
Despierta El Campillo tras los campos de la arada,
las rejas del tractor, despertar de los corrales,
y van surcando los senderos y llanadas,
las ovejas, con sus esquilas, pastizales.
Bota el peregrino de su catre a la llamada
rezando una oración a los santos de la aldea;
presto es levantarse, y seguir la caminada,
pasando los montes y que al embalse rodean.
Llega a Tiro Canto y por Rejas Vueltas vuela
a Rietaquemada, y zancadeando la cuesta,
vadea Valgrande divisando abajo Muelas,
henchido del olor de jarales y de iniesta.
Pero admirado ha el sofreral y el encinedo,
las azules aguas del gran embalse, la brisa,
vastos panoramas, los jarales y arroyuelos
y el pétreo descanso de Julián y Basilisa.
Muelas, con respeto, el carimbo han de poner
a su cartilla y un techo donde descansar,
algo de refrigerio, es decir, beber, comer
y un adiós cordial a quien Santiago ha de alcanzar.
Luis Pelayo Fernández